Uno de los principales factores que debemos tener presentes a la hora de implementar un plan de incentivos es el tratamiento que a efectos del Impuesto sobre la Renta tendrán las retribuciones que se abonen a los empleados.
A través de ciertos beneficios fiscales se podría mejorar la oferta retributiva lo que conseguiría a su vez mayor atracción o retención del talento. La reducción del 30% o la exención de 12.000€ son algunas de las ventajas fiscales que ofrece la Ley del IRPF.